Aquí te contamos todo el recorrido de nuestro açaí, desde que se cosecha en el Amazonas hasta que llega a tu bowl.
El açaí se cosecha solo durante unos meses al año, de julio a diciembre, cuando el fruto está en su punto justo de maduración. Se recoge a mano, subiendo a las palmeras en plena selva amazónica. Tras nuestro viaje a Brasil, decidimos trabajar con açaí silvestre. Además, que el açaí que vendamos asegure condiciones laborales justas y un proceso libre de trabajo infantil.
Una vez recolectado, se limpia y se extrae su pulpa. Esa pulpa se congela en una fábrica especializada en menos de 48 horas, para conservar sus nutrientes, su sabor y su textura. Ese paso es clave para garantizar la calidad desde su origen.
La pulpa de açaí se transporta en barco hasta Europa en contenedores refrigerados, manteniendo siempre la cadena de frío para que no pierda sus propiedades.
A nosotros nos llegan dos tipos de pulpa de açaí: una pura sin endulzar, que mezclamos con plátano y stevia, y otra ligeramente endulzada con guaraná, lista para usar. En ambos casos, lo que llega a tu bowl es fruta real, no concentrados ni polvos.
Tú eliges cómo quieres tu bowl. Si prefieres una textura similar al helado, usamos la base de guaraná y la procesamos en una máquina heladera. Si buscas una opción más natural y fiel a la fruta original, preparamos la base endulzada con plátano en la batidora. Después, tú decides qué tamaño y toppings escoger.